Larga tradición vitivinícola, historia, devoción y naturaleza. Situado al oeste del municipio de Bullas, El Carrascalejo reúne diversos puntos de interés enológico, patrimonial, religioso y medioambiental. En él se sitúa el palacete de los Marqueses de Pidal, que tiene la particularidad de albergar en su interior la bodega en activo más antigua de cuantas hoy producen vino en el territorio de la DOP “Bullas”, ya que se remonta a mediados del siglo XIX.
Aunque actualmente no es visitable, los exteriores del palacete permiten advertir su estilo neoclásico y la influencia de las villas italianas. Su construcción, llevada a cabo entre 1861 y 1866, fue promovida por el matrimonio formado por Alfonso Chico de Guzmán y Patricia Muñoz, dueños de la finca en aquellos momentos. Tras casarse su hija Cristina con Luis Pidal y Mon, II Marqués de Pidal, la propiedad terminaría pasando, con su descendencia, a esta familia nobiliaria. Destaca en ella Maravillas Pidal Chico de Guzmán (1891 – 1974), hija de Luis y Cristina, monja carmelita conocida como Madre Maravillas y canonizada en 2003 como Santa Maravillas de Jesús. Nacida en Madrid, pasó largas temporadas de su infancia y juventud en El Carrascalejo. A la religiosidad de la familia se vincula la colocación, a finales del siglo XIX, del venerado Cristo del Carrascalejo, lugar de peregrinación y señal de devoción de los habitantes de la comarca. Este Cristo crucificado se encuentra elevado sobre una peana y rodeado por una pequeña verja que se puede traspasar. El recinto invita al recogimiento y a la oración en plena naturaleza. La devoción del lugar queda patente en la gran cantidad de exvotos puestos a los pies de la imagen por muchos de los visitantes.
Muy cerca del Carrascalejo y del límite con el término municipal de Cehegín se encuentra un espacio natural de alto valor ecológico y todavía poco conocido, la Rambla o Barranco de la Regidora. Parte de la cuenca del río Quípar, es un lugar de incomparable belleza que posee un exuberante bosque de ribera en el que destacan varias especies protegidas como la encina o el quejigo. La rambla se encuentra acondicionada para la práctica del senderismo o el cicloturismo a través de la interesante senda interpretativa que la recorre.